Una situación en la que todos los que jugamos a videojuegos nos hemos visto es la de dejarnos un juego a medias. Bien porque no nos terminaba de convencer o bien porque salió otro que nos interesaba mucho más. La cosa es que, pasado un tiempo, lo ves en la estantería (o en la biblioteca virtual). Hasta aquí todo bien, la parte complicada viene cuando retomas el juego.
¿Dónde lo había dejado?
Sobre todo si se trata de un RPG o algún otro juego con mecánicas relativamente complicadas. Porque sí, aunque hayas jugado 20, 30 o 40 horas, lo más probable es que haya algo que se te ha olvidado. Y puede ser cualquier cosa. «¿Qué hacía este objeto que llevo equipado?» «¿Cómo se usaba la magia?» O, en casos más extremos, «¿Cómo se usaban las habilidades básicas?».
No hay nada peor que encontrarte con un enemigo y no terminar de conocer los controles. Situación que, por lo general, nos llevará a una muerte casi asegurada, sobre todo si se trata del boss de turno.
Nada tiene sentido, de momento
Otro aspecto que sufre en estas situaciones es la historia. «¿Qué estaba haciendo?» «¿Hacia dónde tenía que ir?» Un auténtico laberinto virtual, sobre todo si el juego no nos lo pone fácil con indicaciones. Y para esto no hay solución más allá de buscar en una guía por donde ibas y continuar desde ahí.
Tampoco te acordarás de la forma en la que estabas construyendo a tu personaje. «¿Era un mago»? «¿Un guerrero?» «¿Una mezcla entre ambos?» Imposible saberlo. A veces, simplemente esa información se ha ido para siempre de tu cabeza.
¿Merece la pena seguir cuando retomas un juego?
Si se trata de juegos muy densos y de muchas horas, como «Divinity: Original Sin 2«, cualquiera de la saga «Fallout» o «The Witcher 3″. O se trata de juegos cuyas partidas duran varias horas, como en el caso de «Civilization», «Cities Skyline» u otros juegos de estrategia, simplemente, no merece la pena continuar.
Inicia otra partida y cuando vuelvas a cogerle «el truquillo» al juego, vuelve a tu anterior guardado. De esta forma volverás a acostumbrarte a las mecánicas del juego y todo lo relativo a la construcción del personaje o las dinámicas del mundo volverán a tener sentido.
A veces, es mejor empezar de cero
Y si, puedes continuar tu aventura medio a oscuras, pero volver al punto donde lo habías dejado en términos de entender lo que está sucediendo puede suponer muchas horas. Por eso, a veces es mejor simplemente volver a empezar de cero cuando retomas un juego.
Tardarás menos en llegar a donde estabas que la primera vez, te acordarás de todo y tendrás claro lo que tienes que hacer. Además, habrá detalles y lugares del juego en los que te fijes más por «ir sobrado».