Que la última consola que Nintendo ha sacado al mercado está ya algo coja lo sabemos todos. Pero que su revisión, Nintendo Switch OLED, va a venir cojeando de la misma forma, no lo vio venir nadie. Porque si, la revisión de la consola estaba cantada, pero con el reciente anuncio de sus características, la gran N ha dejado frío a todos sus seguidores. ¿No sabes por qué? Te lo contamos.
Nueva pantalla, mismo procesador
En todo lo que no sean juegos indie o creados con la Switch en mente, la consola va más justa que la camiseta de un culturista. Sin embargo, la compañía nipona ha decidido no tocar nada en lo que a potencia se refiere (o, al menos, no han dicho nada de momento). Por lo que tenemos una pantalla más grande, de mejor calidad pero con la misma potencia.
Algo que se traduce en que las cosas se van a ver mejor, pero no mucho mejor. Porque, al final, los juegos se van a mover igual que en la consola estándar o en la Lite. Lo que solo mejorará nuestra experiencia cuando usemos el modo portátil de la misma.
Un bajón para los fans
Y es que todos los que esperaban esta nueva Switch OLED imaginaban que, con una mejora de la pantalla, llegarían más mejoras. Pero lo único reseñable, además de la nueva pantalla, es el «pie». Que dejará de ser un pie chiquitito como el de la consola estándar para ocupar toda la superficie trasera. Haciendo que sea mucho más estable y cómodo de usar, un punto a favor para Nintendo ahí.
Pero claro, sí, a Switch OLED le va a costar lo mismo que a la versión normal mover los juegos. No podemos esperar mejoras en los FPS, en la resolución de los juegos o en la fluidez, porque, en esencia, la consola es la misma.
Una revisión no muy bien acogida
Al final del día, todo lo que nos han enseñado con este anuncio es un panel más grande (llegando a las 7″) y un soporte mejorado. Los mandos son los mismos, las «entrañas» son las mismas y el rendimiento será el mismo. Por lo que nos encontramos con una revisión a medias y unos fans poco contentos con algo que llevaban tiempo esperando.