Es innegable que, a medida que se mejoran las conexiones a internet, los juegos digitales ganan terreno. Sin embargo, esta forma de comprar juegos no es plato de buen gusto para todos los gamers. Porque sí, tienes la posibilidad de descargarte tus juegos desde cualquier lugar y no llenas tu habitación de cajas, pero los juegos digitales también tienen su lado malo.
Los juegos digitales ganan terreno en EA
Algo que se hace más patente aún con datos como que, para gigantes como EA, las ventas digitales suponen casi la mitad del total. Un 47% nada menos. Hecho que certifica que lo digital está de moda.
El argumento en contra más evidente es, como no podía ser de otra forma, el tiempo. Porque si dejamos un juego en la estantería durante 10 años y queremos volver a jugar, lo más probable es que podamos. Sin embargo, no es posible saber qué será de las plataformas digitales en ese tiempo.
Sin plataforma no hay juegos
Y sin plataformas no hay juegos. Por lo que, si por X o por Y Steam, la Epic Game Store o cualquier otra plataforma de ese estilo tuviera que cerrar sus puertas, perderíamos los juegos digitales que tuviéramos comprados. Aunque, con el rumbo que tienen las cosas parece un escenario poco probable.
Otro de los factores que podríamos considerar «en contra» de los juegos digitales es el coleccionismo. Y vale que esto es algo minoritario, pero ver «las cajitas» en la estantería siempre está bien. Sobre todo si se trata de ediciones especiales o similares.
Los juegos digitales, al alza
Sin embargo, los juegos digitales ganan terreno, de modo que algo bueno tendrán, ¿no? Entre sus virtudes se encuentra el hecho de que no pueden estropearse. No se nos rayará nunca el disco, ni nuestro perro lo morderá pensando que es un juguete.
Por otro lado, está el hecho de que, si compramos en digital, tendremos nuestros juegos disponibles desde el momento de su salida. Pudiendo incluso instalarlos con antelación para jugar a las 00:00. Lo que, si somos unos agonías, nos resultará interesante.
Las compras, desde el sofá
Y luego está, por supuesto, el factor «sofá». Es decir, para comprar un juego en físico, ya sea nuevo o de segunda mano, tienes que salir de casa, con todo lo que ello conlleva. Sin embargo, puedes comprar un título digital en pijama desde tu sofá. Además de la cantidad, en alza, de ocasiones en las que se ofertan los juegos digitales, suponiendo un ahorro importante.
Lo que, indefectiblemente, y unido al resto de virtudes que tienen, están haciendo, poco a poco, que el público se pase, cada vez más, al digital. De modo que, si os hace especial ilusión un título y queréis tener la certeza de poder jugar siempre, ¡corred antes de que sea tarde!