La afición a los videojuegos puede ser una auténtica ruina. Con tantos lanzamientos, tantas plataformas y, muchas veces, nuestro propio ansia, es fácil que terminemos puliéndonos nuestros ahorros en un momento. Sin embargo, desde LateGame os enseñamos diferentes formas de ahorrar comprando videojuegos para que esta afición no os lleve a la quiebra.
Y, aunque la opción más fácil y rápida sería recurrir a la piratería (que es gratis) es algo que no debería hacerse. Tanto porque es ilegal, como por que afecta de forma muy negativa a la industria. Lo que significa que, pirateando juegos, podríamos causar que dejen de sacar nuevos títulos.
Las keys, una opción rápida
Si os morís por probar ese nuevo lanzamiento y sois incapaces de esperar a que la versión física baje de precio, o si simplemente queréis jugar desde el mismo momento en el que el juego esté disponible, las keys son vuestra solución.
Hay una gran cantidad de páginas en las que podemos adquirir los códigos que nos darán acceso a los diferentes títulos que van saliendo, sin embargo, hay que andarse con ojo. Por un lado, lo más recomendable es pagar con Paypal, ya que nunca se sabe si un vendedor es realmente fiable.
Aunque hay que andar con ojo
Por otro lado, hay que asegurarnos de que no se trata de una página que vende códigos robados. Como norma general, si tiene muchas votaciones y opiniones positivas, suele estar dentro de la legalidad. Aunque nunca está de más buscar otra opiniones del sitio en la red.
Esta opción es sobre todo conveniente si jugamos en PC, o, en menor medida, en Xbox One. Ya que PS4 y Nintendo Switch no están tan volcadas en este mercado.
¿La parte buena de esto? Que tendremos la clave de nuestro juego casi al momento. ¿La parte mala? Que en caso de haber algún problema, tendremos que andar enviando emails y reclamaciones.
La segunda mano, la vieja confiable
Ya sea porque el título está descatalogado, ya sea porque no nos importa ser los que rompamos el precinto, el mercado de segunda mano es una opción a tener en cuenta si queremos ahorrar comprando videojuegos. Y es que, depende del vendedor, podemos sacar un buen descuento.
Y, aunque esta práctica no ayuda realmente a la industria, es la única opción que tenemos en muchas ocasiones si lo que buscamos son juegos de plataformas más antiguas. O si lo que buscamos es una edición limitada que ya no está disponible.
¿La parte buena? Que podremos ver y probar el producto (si se trata de un vendedor particular) o incluso recibir garantía si se trata de una tienda de segunda mano. ¿La parte mala? Que nos perderemos el olor a nuevo.
Compartir cuentas
Si bien es una función no del todo honesta, no se trata de algo ilegal o algo por lo que te puedan banear. Además, supone dividir los costes de todo lo que compremos entre dos personas. Y decimos todo lo que compremos porque, en este caso, no nos limitamos a juegos.
Ya sea en Steam, en Xbox o en PS4, es posible compartir, entre dos personas, la cuenta de la plataforma. Lo que supone que, comprando una sola vez un título en digital, pueden disfrutar de él dos personas. Sin ningún tipo de restricción e incluso a la vez.
En Steam tenemos lo que se conoce como el «Modo Familiar«, algo que permite que varias personas utilicen una cuenta en diferentes ordenadores. De modo que todo lo que compremos en Steam podrá ser usado por varias personas, siempre que este modo esté activo.
En consolas la cosa cambia
Si jugamos en consolas, la cosa cambia. Ya que tendremos que formar un poco más de lío para compartir cuentas. Aunque, por suerte, el proceso es muy similar en Xbox One y PS4.
Para compartir cuentas en estas plataformas lo que debemos hacer es, en la consola de la persona con la que vayamos a compartir cuenta, iniciar sesión con nuestro perfil. Una vez hecho esto, debemos ir a ajustes y, una vez ahí, buscar la opción «Hacer esta consola principal».
Esto nos permitirá que, todo lo que tengamos en posesión, pueda ser usado por todas las cuentas que hay en esa consola. Es decir, nosotros podremos seguir usando nuestro juegos digitales en nuestra consola (porque estamos usando nuestra cuenta) mientras que la otra persona podrá hacer uso de estos mismos juegos desde su propia cuenta (en su propia consola, donde hemos realizado el proceso).
Además de los juegos, se comparten las suscripciones
De este modo, con que uno de los dos adquiera un título digital, ambos podrán usarlo (y repartirse el coste). Además, de esta forma se comparten también las suscripciones, de forma que, si uno de los dos es miembro de Xbox Live Gold o Playstation Plus, ambos podrán disfrutar de las ventajas de la suscripción.
¿La parte buena? Que los juegos y suscripciones nos costarán la mitad. ¿La parte mala? Que estaremos en un problema si se rompe la relación con la persona con la que compartimos.
Las rebajas, para los que no tienen prisa
Si no nos importa esperar a las fechas donde se producen las rebajas, y no tenemos prisa por jugar a un juego en concreto, esta es, sin duda, la mejor opción. Ya que, por un lado, nos aseguramos estar comprando al proveedor oficial, y, por otro, nos ahorramos un buen porcentaje del precio.
De este modo es posible hacernos con títulos relativamente nuevos con descuentos de hasta el 60% o 70%. Lo que deja esta forma como la más honesta de ahorrar comprando videojuegos. Aunque esto no quiere decir que el resto de maneras estén mal, sin embargo, esta es la forma en la que más se benefician los creadores de los diferentes títulos que compremos.
¿La parte buena? Apoyaremos a la industria. ¿La parte mala? Tendremos que esperar.